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05/10/2020
El cobro de la prestación de ERTE no está exento de tributación en el IRPF, y por tanto, se declarará como rendimiento del trabajo. Este hecho puede afectar significativamente en la próxima declaración de la renta.
Una de las principales repercusiones del ERTE puede ser la obligación de presentar la Renta de 2020, ya que el contribuyente pasa a tener 2 pagadores (empresa y SEPE). Esto implica una disminución del límite en la obligación de declarar, ya que en lugar de los 22.000 € habituales, se disminuye a 14.000 € si se han cobrado más de 1.500 € del segundo pagador. Asimismo, las prestaciones abonadas por el SEPE tienen una retención del IRPF muy baja, por lo que, seguramente la declaración saldrá a ingresar.
Para intentar evitar este hecho, el trabajador puede solicitar un aumento del tipo de retención a su empresa si ya se ha reincorporado, o al SEPE, si todavía sigue en el ERTE.
