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10/06/2019
Lo que en un principio nació como una fórmula para ayudar a facturar a personas que tenían actividad económica de forma muy esporádica, se ha popularizado y ha hecho que la Inspección de Trabajo se dedique a comprobar si realmente se trabaja en una cooperativa o, por contra, se está cometiendo un delito de fraude.
Desde junio de 2017 se ha implantado un sistema para poder controlar los “falsos autónomos” tanto en empresas como en cooperativas que integran trabajadores en Régimen General. Es decir, cuando la prestación de servicios es autónoma deberían estar de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos. Este es el caso de las cooperativas de facturación.
Cuando los trabajadores se dan de alta en días sueltos y después de los servicios prestados, estas altas podrían ser anuladas por la Inspección de Trabajo. En definitiva, si se hace un trabajo esporádico hay que recordar que no hay que darse de alta de autónomos.
En cualquier otro caso, la mejor opción es darse de alta de autónomos por el riesgo de inspección de trabajo.