Una correcta valoración de las existencias a final de año es muy importante de cara al Impuesto de Sociedades, ya que una mala práctica puede acarrear conflictos con algunos ratios, como por ejemplo, el del Fondo de Maniobra, teniendo posibles consecuencias en la viabilidad de la empresa.
Las cuentas contables del grupo 71 y 61 son las que permiten registrar esta variación entre las existencias al inicio del ejercicio y al final. Unas existencias finales superiores a las iniciales supone un ingreso en la cuenta de explotación y, por tanto, un mayor Impuesto de Sociedades por pagar.
Es tentador para las empresas declarar unas existencias finales inferiores a las reales a fin de pagar menos Impuesto de Sociedades. Esto supone una reducción de los márgenes comerciales debido al incremento del consumo y puede hacer que el fondo de maniobra (activo corriente-pasivo corriente) pueda ser negativo o muy bajo. En este caso, puede afectar a la salud financiera, puesto que este ratio debe ser positivo. Si es negativo indica dificultades de liquidez a corto plazo.